Cali, abril 11 de 2025. Actualizado: viernes, abril 11, 2025 16:48

Leonardo Medina Patiño

Baudilio, mi profe

Leonardo Medina Patiño

Cuando concluía mis estudios de secundaria, había una cátedra denominada Religión. Venía de un colegio donde la dictaba un sacerdote católico, por lo que me extrañó saber que un abogado sería el encargado de esa clase. Se trataba de Baudilio Revelo. Me abrió el pensamiento al hablarnos de diferentes temas que hoy, al analizarlos con detenimiento, reconozco como asuntos de antropología, sociología y de la vida misma. Nada de confesiones, hostias ni camándulas.

Años después, cuando finalizaba mis estudios de derecho, en el último año había una cátedra de criminalística y ciencias forenses, asignada precisamente al profesor Baudilio Revelo Hurtado, quien en ese entonces era fiscal de la recién creada Fiscalía General de la Nación. Nos orientó sobre la práctica de esta ciencia, conocimientos que seguramente hoy resultan útiles para muchos de mis condiscípulos en su ejercicio como abogados penalistas.

Me enorgullece recordar que en el año 2021, siendo subsecretario de patrimonio y bibliotecas de la Alcaldía de Cali, organicé en la Feria del Libro un homenaje a Baudilio por sus investigaciones y publicaciones en torno a la cultura, las letras y la sabiduría afro. La alegría lo invadía.

En una de esas noches llegué a la festividad que cada fin de año realiza la colonia guapireña en Cali, donde fui acogido por Baudilio con esa calidez y alegría que lo caracterizaban. Gozamos con las historias del Pacífico que tanto llevaba —y digo que lleva— en su corazón, aun estando en el Oriente eterno.

Nada hacía más feliz a Baudilio, o Baudilito, como le decían sus hermanos, que hablar del Pacífico, de la comida de mar, de la música, de las tradiciones, de las mujeres y de la alegría y el furor que llevan envuelto en sus esbeltos cuerpos. Dejó esa huella impresa en sus libros, en sus investigaciones sobre la cultura afro y en su vida misma.

Conservo sus libros en mi biblioteca. Los consulto, los observo y ahora los acaricio, como si al hacerlo pasara mi mano sobre su piel. Entre ellos encuentro uno de sus primeros textos: Voces e imágenes del Pacífico colombiano. Y cómo olvidar que fue por Baudilio que conocí el término llublina, ese encuentro poético-ambiental entre la lluvia y la neblina, que me explicó una mañana mientras andábamos juntos en su carro, hablando de literatura y disfrutando de ese bello fenómeno que se percibía en la calle, como dos juglares en la selva de cemento.

Comments

miércoles 19 de marzo, 2025
ads_top
Powered by Sindyk Content
Arriba