Cauca marchó por la paz en Popayán

Más de 40 mil personas procedentes de todos los rincones del departamento se dieron cita en Popayán para marchar por la paz del Cauca.

La convocatoria movilizada por el gobierno departamental convenció a jóvenes, mujeres, población LGBTIQ+, organizaciones sociales, adultos mayores, afros, campesinos e indígenas, a juntarse en una sola voz para decirle ¡no más a los violentos!

Con mensajes alusivos al cese de la guerra, al respeto de los derechos humanos y a tener una vida libre de violencias, y no involucrar a la población civil en el conflicto, las calles de Popayán se vieron inundadas por un río de personas que, vestidas de blanco, dieron un mensaje poderoso al país.

“No queremos más muertos por la guerra. Miles de familias han truncado sus sueños por el accionar de las armas. Este llamado único de campesinos, afro, indígenas, hombres y mujeres es porque no queremos seguir contando la guerra sino la paz. Nos merecemos ser la generación de la paz”, dijo Octavio Guzmán, gobernador del Cauca.

De Sucre, uno de los municipios afectados por la violencia, llegó un significativo grupo de personas que marcharon pidiendo el no reclutamiento de menores, solicitando la ayuda de entes nacionales e internacionales para que su municipio no sea más un espacio de confrontación entre los grupos ilegales.

“Hace más de 30 años me mataron a mi hijo y nosotros salimos desplazados desde Sucre, Cauca. Llegamos a Popayán y acá hicimos una vida. Yo ya he perdonado a quienes nos hicieron daño, pero hoy seguimos clamando la paz de todo el departamento”, expresó Doris María Gómez, adulta mayor víctima de la violencia.

Un canto de resistencia, memoria y paz.

El recorrido de la marcha que inició a las 9:00 de la mañana desde el parque de la Salud y que recorrió las principales vías de la ciudad, llegó al parque Caldas, donde con un evento cultural se cerró esta gran movilización.

Los encargados de dar un cierre cargado de esperanza, resistencia y memoria, fueron músicos del norte del Cauca como Baterimba y Ronald Balanta; un niño intérprete del requinto de Cajibío y la agrupación Herencia de Timbiquí.

“La música y el arte siempre serán un símbolo de construcción de paz, a través de mensajes que unan y generen esperanza. Es mejor que los niños empuñen un instrumento a que carguen un arma”, expresó Carlos Balanta ‘Baterimba’, músico del norte del Cauca.

Y es que Herencia de Timbiquí se ha caracterizado por unirse a estos llamados de la paz, hace 8 años también lo hicieron, en esta misma ciudad, para, a través de la música enviar un mensaje de concientización para quienes están involucrados en la guerra.

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