Cali, septiembre 18 de 2025. Actualizado: jueves, septiembre 18, 2025 23:08
El tren de cercanías, la gran noticia
Y por fin, como si se tratara de la finalización de la primera parte de una película de suspenso, el 15 de septiembre pasado, es decir el lunes de esta semana, los vallecaucanos recibimos de primera mano, de la gobernadora Dilian Francisca Toro la noticia de que ese día, el Ministerio de Transporte había hecho público el comunicado que fijaba lo términos finales para dar comienzo a la construcción del Tren de Cercanías.
La cara alegre y su mensaje convincente nos indica a los vallecaucanos que después de mucho esperar y faltando 2 años para terminar su segundo mandato, este proyecto, que empezó a tomar cuerpo y a contar con agenda desde la primera administración de Dilian, la siguiente de Clara Luz, para en este momento ya tener concretizado que, exactamente en octubre, recibirá la aprobación del CONPES y que permitirá avanzar hacia la firma del convenio de cofinanciación entre la Nación y los gobiernos territoriales.
Tenemos claro que se trata de un gran paso en la cualificación del proyecto de área metropolitana, pues garantizará el inicio de una conectividad básica para la proyección nacional e internacional de los cinco municipios que integran el universo por el cual, a partir de esta primera ruta, entre Cali y Jamundí, se dará comienzo a un nuevo escenario que hará, del área metropolitana, una realidad siempre soñada por los caleños y los vallecaucanos y que gracias a la mano mágica de Dilian Francisca es una realidad.
Por supuesto, todas las zonas que geográficamente identifican varios distritos o municipios en el mundo entero, tienen o deben haber tenido o van a tener en su momento, un tren o un medio de comunicación de carácter masivo que las comunique entre sí.
Así sucedió al inicio de la revolución industrial en los países de la Europa Occidental y quien lo creyera, también aquí en nuestro propio patio y durante gran parte del siglo pasado, el Ferrocarril del Pacífico cumplió ese cometido, extrañamente suspendido y liquidado, sin razón alguna, por una mente siniestra, que nos despojó de ese medio romántico que ilusionó al mundo entre los siglos XIX y XX, cuando los hermanos Lumière filmaron la locomotora llegando a la estación de París, dejando en la memoria de la historia el avance de la ciencia y del arte.
Esta historia me la repetía mi padre en los años 1950s, cuando como dueño de todos los restaurantes del Ferrocarril de Pacífico, me llevaba cada fin de semana de paseo a cualquiera de los municipios del Valle.
Sin embargo, esta feliz noticia no puede ser la sombrilla o la disculpa para negarle a Cali la recuperación del sueño, que con manos de relojero, construyó Ricardo Cobo hace 24 años, cuando con estudios arquitectónicos y una matriz de conectividad vial y además con un CONPES y con una locomotora colocada en la glorieta de la Estación del Ferrocarril, nos dijo a los caleños que íbamos a tener metro, sin imaginarse que una conspiración de sus enemigos políticos iba a convencer a su sucesor de no construir el metro, si no que Cali iba a quedar condenada hasta la fecha, a un sistema, que como el MIO, hundió a nuestra ciudad en el atraso y en una lentitud en la recuperación del gran impulso que traía en la primera mitad del siglo pasado, pues este sistema de transporte ha creado un caos social, político y económico que ha afectado la recuperación, entre otras cosas, de los indicadores de seguridad.
Lo anterior tiene que ver con reclamos que ha hecho el exalcalde Cobo en el sentido que Cali merece y necesita, en este momento, que no se le diga “que el tren de cercanías es lo mismo que el metro” y mucho menos, “que es su primera línea”.
La razón acompaña este reclamo que no es otra cosa, si no colocar las cosas en su sitio y que nuestro actual alcalde entienda que así, en este momento, la prioridad sea el Tren de Cercanías, igualmente es la oportunidad para recoger la agenda que dejó Cobo, actualizarla y decirle al Gobierno Nacional y a los caleños, que el Metro para Cali es el indicador más importante para el desarrollo y solución del caos vial que estamos viviendo.
He escrito más de diez columnas desde el momento mismo en que al inaugurarse la primera línea y siendo secretario de Gobierno de Cali, dejé constancia del fracaso y la tragedia en que entraría la ciudad por esta decisión.
He dicho que el MIO es el fracaso de la sociedad caleña. He afirmado que todos los alcaldes desde el 2001 hasta la fecha han cohonestado el desangre del dinero de los caleños financiando y refinanciando la caída de la ciudad a un profundo abismo y, finalmente, me da tristeza que Medellín tenga metro y sea valorado como uno de los mejores del mundo, que Bogotá lo haya convertido en una realidad, que Barranquilla lo anuncie como su proyecto más importante, y qué tristeza, Cobo que le dijo a Cali “por aquí es la vía” y nos extraviamos en las emboscadas y vericuetos de la terquedad y el atraso. Cali sin metro es invaluable.